La fibra de asbesto se caracteriza por unas propiedades peculiares cómo son su dureza y su resistencia a altas temperaturas. Por este motivo su uso en varias actividades industriales como frenos, aislantes o la fabricación de tubos corrugados en la construcción ha sido masivo durante muchas décadas.

A menudo en España la exposición del trabajador al asbesto ha pasado inadvertidamente cuando este no ha sido protegido ni informado de haber sido expuesto, aunque haya sido durando un periodo de tiempo breve. En otras ocasiones son los familiares de los trabajadores con una exposición intensa los que han inhalado las fibras, por ejemplo al manipular, cepillar y lavar la ropa después de una jornada laboral, sin ser conscientes del riesgo que sufrían.

Asbestosis, la enfermedad del amianto
Dr. Jordi Roig Cutillas – Doctor en Medicina y especialista en Neumología

Dr. Jordi Roig Cutillas
Especialista en Neumología
Puedes encontrarme en: Clínica CREU BLANCA (Barcelona), DOCTUS LA SEU (La Seu d’Urgell) y Consulta ANDORRA (Escaldes-Engordany)

También es importante la inhalación de fibras por la simple proximidad ambiental, como por ejemplo cuando se daba durante años, sin una protección óptima ni de trabajadores ni de curiosos allí presentes, la demolición de estructuras con alto contenido en amianto como es el caso de los hornos incineradores obsoletos o de estructuras similares.

A pesar de que el desguace o la demolición de un edificio pueda representar una cierta espectacularidad visual, mi consejo es alejarnos físicamente tanto como sea posible de estas actividades. Tanto o más injusta, si cabe, es la aparición de enfermedades asociadas a la inhalación de asbesto por el simple hecho de haber respirado el aire ambiental en poblaciones donde se ha desarrollado una actividad industrial relevante con asbesto.

Uralita – amianto en España

 

En España el paradigma de esta tragedia se dio en la fábrica de Uralita, situada en la localidad catalana de Cerdanyola del Vallès. Cómo bien han señalado otros compañeros, esta ciudad barcelonesa presenta unas cifras de enfermedades asociadas a la inhalación de asbesto muy superiores a las de cualquiera otro municipio de nuestro ámbito.

Muy recientemente he tenido nuevamente la tristeza de diagnosticar un tumor maligno pleural a una persona residente durante muchos años en esta localidad. No ha sido la primera vez y me temo no será la última.

Asbesto y asbestosis

Me conmueve profundamente tener que diagnosticar esta enfermedad a personas que nunca han sido conscientes del riesgo de vivir cerca de una actividad industrial basada en el asbesto y entiendo las dificultades del paciente y sus círculos próximos a entender que la enfermedad aparezca décadas después de una exposición inadvertida.

Obtuve mi licenciatura en Medicina y Cirugía en Barcelona en 1977. En la carrera mis profesores me enseñaron ya entonces con claridad todos los riesgos derivados de la inhalación de la fibra de asbesto.

Durante mi formación como especialista en Neumología, bajo la dirección del Profesor Josep Morera Prat, un neumólogo extraordinario, se me insistió y formó en las diversas formas de enfermedad respiratoria por el asbesto, con énfasis en la frecuente dificultad a la hora de identificar este antecedente de exposición al realizar la obligada historia clínica al visitar a todo paciente.

Desde finales de la década de los 70 se han sucedido en España varios gobiernos de centro, de derechas y supuestamente de izquierdas: de manera incomprensible no ha sido hasta el año 2005 cuando se ha publicado y aplicado de forma efectiva en España una normativa legal de obligado cumplimiento para todas las empresas implicadas para garantizar la protección laboral de todos aquellos trabajadores con actividades de riesgo de inhalación de asbesto. No hay palabras…

Asbesto y asbestosis

Particularidades y patologías

Se conoce como intervalo de latencia el periodo de tiempo transcurrido entre la exposición a un agente o determinada sustancia nociva para la salud y la aparición de los primeros síntomas derivados de la eclosión, a veces muy diferida en el tiempo, de la enfermedad.

Una circunstancia peculiar de la patología por asbesto es que el intervalo de latencia de la mayor parte de las enfermedades que produce es de varias décadas, con la excepción de la patología pleural benigna que puede aparecer de forma más temprana.

Las características físicas de la fibra de asbesto son las de mostrar una gran longitud pero con un muy pequeño diámetro. Este hecho facilita enormemente su inhalación en los pulmones al respirar aire que contenga estas fibras de dimensiones no visibles.

Una vez llega a las ramificaciones más finas de los bronquios la fibra progresa entonces lentamente hasta llegar a la pleura, membrana que envuelve el pulmón. Aunque el asbesto puede inducir también enfermedad en otras partes del organismo, es lógicamente en el aparato respiratorio donde se manifiesta de forma más relevante el efecto nocivo de esta fibra.

A nivel de bronquios y tejido pulmonar los riesgos más graves son una eventual fibrosis pulmonar conocida como asbestosis y el cáncer de pulmón. La fibrosis por asbestosis solo ocurre generalmente en casos raros de una exposición intensa y reiterada en el tiempo. El riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón por exposición previa a asbesto es de por sí relativamente alto pero sobre todo cuando se trata de una persona fumadora.

Es bien conocido que a mayor número de años de tabaco mayor es el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón. Algunos estudios epidemiológicos han cifrado el riesgo relativo de padecer un cáncer de pulmón en sujetos fumadores expuestos a asbesto en hasta 92 veces más riesgo que en una persona no fumadora y sin exposición previa a la fibra. Son cifras muy preocupantes si tenemos en cuenta que hablamos de uno de los tumores más frecuentes y de más mortalidad en el ser humano.

A nivel de la pleura el asbesto puede inducir diversas anomalías de tipo benigno o bien el temido tumor maligno pleural cuya denominación médica correcta es la de mesotelioma. Las manifestaciones benignas pleurales derivadas de la exposición previa, a veces puntual, a asbesto son con mucho las más frecuentes.

De forma esquemática podemos resumirlas en derrame pleural benigno, en ocasiones pocos años después de la exposición, engrosamientos benignos pleurales, placas pleurales y calcificaciones. Su detección obliga a un seguimiento periódico estricto debido al riesgo, afortunadamente muy poco frecuente, de una eventual evolución a mesotelioma.

Este último puede aparecer muchos años después de la inhalación de la fibra por lo que siempre es aconsejable un control de por vida. Es importante destacar que la aparición de mesotelioma, a diferencia del cáncer de pulmón, no guarda ninguna relación con el hábito de fumar.

El mesotelioma es un tumor localmente muy invasivo y de difícil diagnóstico por lo que habitualmente se diagnostica en una fase en la que las posibilidades de tratamiento curativo no son óptimas. No obstante cabe destacar que la aparición reciente de nuevos agentes de quimioterapia y determinadas formas innovadoras de terapia inmunológica están mejorando de forma relevante su pronóstico.

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