Mi pareja sufre disfunción eréctil – ¿cómo puedo ayudarle?

Uno de los problemas más habituales del varón es la impotencia o disfunción eréctil. Se calcula que un 25 % de los hombres no pueden, de manera repetida y permanente, conseguir y/o mantener una erección que permita una relación sexual satisfactoria.

Es una situación que la sufre no sólo el paciente, sino que afecta a la pareja y en ocasiones es el desencadenante o agravante de conflictos o incluso rupturas. Lo importante es que hay soluciones, y afortunadamente se están rompiendo los tabúes y las barreras que evitaban que los pacientes consultaran.

¿Por qué es importante detectar y tratar la impotencia?

Entre otras cosas porque es un problema de salud general. Sabemos en la actualidad, que el origen de la disfunción eréctil suele ser vascular y la impotencia puede ser la primera manifestación de una enfermedad cardiovascular no conocida.

Los pacientes que tienen factores de riesgo cardiovasculares, como por ejemplo, tabaquismo, falta de ejercicio, obesidad, colesterol y trigliceridos altos, diabetes, entre otros, tienen más riesgo de desarrollar disfunción eréctil y un buen control puede evitar o retrasar su aparición.

 

¿La disfunción eréctil tiene o no un origen psicológico?

Clásicamente así se pensaba. Lo cierto es, que aunque el origen sea orgánico, secundariamente se le suman factores psicológicos, como el estrés, la ansiedad, la culpa, la depresión, una baja autoestima y sobretodo el temor al fracaso, que pueden agravar y perpetuar la disfunción eréctil.

 

¿Qué puedo hacer para ayudar a mi pareja?

Lo primero es intentar modificar determinados hábitos y factores de riesgo cardiovascular que son importantes no sólo para tratar la impotencia sino la salud general del paciente. El papel de la pareja es clave para conseguir este objetivo, ya que en muchas ocasiones son factores compartidos.

El apoyo de la pareja, por ejemplo, en dejar ambos de fumar, en realizar ejercicio físico, en reducir el consumo de alcohol y grasas es necesario no solo para mejorar la erección, sino sobre todo para evitar el deterioro futuro y beneficiar la salud cardiovascular y general de los pacientes.

 

¿Son seguras las pastillas para tratar la disfunción eréctil?

La respuesta es rotunda SI. Sólo están contraindicadas en casos muy concretos y son absolutamente seguras si se prescriben bajo control médico.

Además el urólogo recomendará cual es la pastilla y la dosificación adecuada a cada caso con el objetivo de conseguir relaciones sexuales que sean satisfactorias tanto para el paciente como para su pareja.

 

¿Si las pastillas no son efectivas existen otros tratamientos?

Si el tratamiento oral no funciona o está contraindicado existen alternativas, como el tratamiento tópico o las inyecciones intracavernosas con alprostadilo, otros de reciente aplicación como las ondas de choque y finalmente la prótesis de pene. Una adecuada valoración urológica es fundamental para establecer el tratamiento más adecuado a cada caso.

La disfunción eréctil es un problema de paraje que no afecta sólo al varón. Tu apoyo es fundamental para una patología que tiene solución. — Foto © Gina Sanders/Fotolia

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