La ortodoncia ha vivido una revolución estos últimos años. Quien quiere alinearse los dientes tiene la opción de elegir entre diferentes modalidades: ortodoncia lingual, brackets transparentes, ortodoncia invisible… La definición de ortodoncia es la siguiente: parte de la odontología que se ocupa de corregir los defectos y las irregularidades de la posición de los dientes.

No necesariamente lo tenemos que hacer con aparatos dentales aunque sí que lo damos por supuesto o pensamos que es necesario utilizar aparatos para mover los dientes. Y en muchas ocasiones así es… pero no siempre. Es posible mover dientes sin aparatos dentales.

Vayamos por partes…

¿Cómo funciona la ortodoncia? 

Los dientes están alojados en los huesos (maxilar y mandibular). Aunque lo que vemos en la boca es lo que los dentistas llamamos “corona” dentaria, por debajo de la encía y metida en el hueso está la raíz dentaria. Esa raíz no está pegada al hueso, sino que tiene unos amortiguadores alrededor, en todo su contorno (ligamento periodontal, ese que se destruye cuando tenemos periodontitis o piorrea). Por lo tanto el diente tiene cierta movilidad dentro de ese alveolo dentario.

La posición de los dientes lo marca el equilibrio de fuerzas que recibe. Para hacernos una idea: date cuenta de dónde están tus propias paletas (o incisivos superiores). Tienen esa posición porque por delante están los labios conteniendo que se vuelquen hacia delante y por dentro está la lengua.

Si tenemos unos labios muy prietos (hipertónicos), la fuerza que va de fuera a dentro será mayor y las paletas estarán muy verticales. Si por el contrario tenemos la boca entreabierta y dejamos los dientes superiores por fuera del labio inferior (como un conejo), el labio inferior empujará a las paletas superiores cada vez más hacia fuera.

Tanto los brackets como las férulas que se usan en la ortodoncia invisible están indicadas en dientes definitivos. Cada vez hay más aparatos miofuncionales (parecidos a los protectores de boxeador) que se usan en dientes de leche. Todos ellos muy aconsejables, cada uno con sus indicaciones y con mayor o menor necesidad de colaboración del paciente (si son fijos, el paciente no se los pude quitar pero sí que tiene que colaborar usando elásticos; si el aparato dental es removible, si no te lo pones, no hace efecto, así de simple).

Esta técnica de la que os voy a hablar a continuación es perfecta para los niños más pequeños (desde los 2 hasta que se caigan los dientes de leche) ya que no necesita de su colaboración.

El nombre de las técnicas son Tallado selectivo o Pistas directas de composite.

Ortodoncia infantil para niños

Ambas técnicas se basan en el principio de que la función crea la forma. Es decir, que una correcta masticación, respiración y deglución proporcionarán una adecuada forma de los huesos maxilares y de la posición de los propios dientes dentro de las arcadas dentarias. La boca es la parte del cuerpo humano que más estímulos externos (paratípicos) necesita para desarrollarse tal y cómo viene reflejado en nuestros genes. Y estos estímulos de los que hablo son los que proporciona una masticación de alimentos duros y secos.

Nuestros antepasados no usaban tenedor ni cuchillo y comían carne casi cruda, raíces…Eso proporcionaba muchos estímulos y sus bocas eran anchas con apenas signos de apiñamiento dental. Hoy en día, los alimentos procesados son parte fundamental de nuestra dieta y la comida en general es muy blanda, con la consecuente falta de trabajo para la boca y los dientes se quedan sin espacio suficiente ya que los maxilares no crecen.

A parte de no crecer, los dientes de leche tampoco se desgastan como debieran hacerlo por el uso normal. Sí, has leído bien, es normal, incluso deseable que los dientes de leche se desgasten (de hecho provoca una disfunción cuando no se desgastan).

Volviendo al concepto de que la función nos da la forma: si el niño tiene una buena función masticatoria, tendrá una buena forma de maxilares y arcadas o arcos dentarios. Si la función es mala o insuficiente, la forma será a su vez mala o insuficiente.

Tenemos dos lados de la cara por lo tanto debemos usar ambos lados para comer, alternándolos. De esta manera el desarrollo de los huesos maxilares y la posición de los dientes dentro de ellos será la adecuada. Si masticamos más de un lado que del otro (como hace gran parte de la población tanto infantil como adulta, alrededor de un 80%), crecerá más uno de los lados, desgastando más los dientes de ese mismo lado y reforzando la musculatura de ese lado.

El problema que surge como consecuencia de esta mala función es una mala colocación de los dientes acompañada generalmente por una mordida cruzada. Debemos entender que el problema que más nos importa solucionar es la mala función.

Si otorgamos a la boca la capacidad de comer por ambos lados, la forma mejorará como consecuencia de ello. Si nos centramos únicamente en devolver la forma a la boca sin prestar atención a la función, cualquier corrección recidivará en poco tiempo.

 

Mover dientes sin aparatos dentales

Estas técnicas evidentemente las tiene que aplicar un odontólogo, pero para no aburriros con detalles técnicos resumiremos el procedimiento en eliminar las interferencias que hacen que la mandíbula se desplace y que impida la buena función.

Cuando el problema sea tan severo que no es suficiente con eliminar las interferencias, se podrán colocar unos levantes de resina pegados a los dientes de leche para proporcionar una masticación unilateral alternante.

Cómo disminuir la necesidad de que nuestros hijos necesiten ortodoncia

Si seguimos estos consejos (todos de sentido común) disminuirán las posibilidades de que nuestros vástagos necesiten tratamiento ortodóntico. Aunque no debemos olvidar que los genes marcarán mucho el camino.

Si a la madre hubo que sacarle 4 dientes para que el resto tuviera espacio y el padre uso brackets y mentonera toda su adolescencia, habrá que ir haciéndose a la idea…

1-Teta hasta que madre y/o niño se aburran

Cuando los bebes toman pecho es el único momento de nuestra vida en el que la mandíbula se adelanta de manera simétrica. No menos importante es el esfuerzo que tienen que hacer para sacar la leche.

Esta gimnasia de todos los músculos del aparato masticatorio beneficiará de por vida la salud muscular de la zona cráneo-cervical.

Ortodoncia infantil

2-Respirar por la nariz

Cuando respiramos por la nariz mantenemos los labios cerrados. Cuando esto ocurre la lengua se coloca en el paladar. La lengua es un músculo que tiene una fuerza tremenda y ayuda al maxilar superior a crecer hacia delante y a lo ancho.

En cambio, cuando respiramos por la boca, la lengua se mantiene en una posición baja para que el aire pueda entrar. El maxilar superior no recibe el empuje de lengua y el maxilar se queda pequeñito y los dientes no tienen suficiente espacio y se apiñan o se amontonan.

3-Cambiar el lado por el que duermen

Los mismos pediatras nos lo dicen en las primeras revisiones de nuestros hijos, que vayamos cambiándolos de lado en la cama. Hay estudios que relacionan el lado habitual de dormir con el lado habitual de masticación.

Además, si duermen siempre sobre el mismo lado y metemos la mano debajo de la mejilla y dormimos con la boca abierta es como llevar un aparato por las noches que nos comprime el paladar.

4-Comer alimentos de verdad

Las muelas están diseñadas para masticar, triturar y moler comida y como dijo el fisiólogo francés Claude Bernard, la función hace la forma, nuestros huesos del cráneo necesitan recibir mucho estímulo en los dientes para crecer lo máximo posible. Vamos, que para que la boca crezca bien, tenemos que comer alimentos duros.

Y no hace falta que comamos pan de la semana pasada: carne, fruta entera, frutos secos… comida real y no procesada. Todavía demasiados niños se alimentan de pures hasta muy tarde y luego prefieren pan de molde, yogures y tortillas. Alimentos que exigen poca fuerza masticatoria pero estimulan muy escasamente el crecimiento.

5-Que coman ellos solos

Si cogen ellos los alimentos y los llevan a boca, probablemente vayan alternando el lado de masticación: comen un poco por el lado derecho, otro poco por el izquierdo… de esta manera habrá un crecimiento simétrico y armónico de la mandíbula y del cráneo en general.

Cuando le damos de comer nosotros, la trona suele estar el mismo sitio y nosotros le damos la comida siempre por el mismo lado. Provocamos una masticación unilateral y ya la hemos liado… vamos a resumirlo en que el cráneo y la boca crecen más de un lado que del otro, aumenta la posibilidad de mordida cruzada, apiñamiento

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